martes, 15 de enero de 2008

PREMIO MIGUEL GIL MORENO

La Fundación Miguel Gil Moreno y la editorial Random House Mondadori ya han convocado la séptima edición del Premio Miguel Gil de periodismo para corresponsales de prensa.
Sobre la vida de este barcelonés que el año pasado habría cunmplido cuarenta escribí en "Gerda Taro, fotógrafa de guerra. El periodismo como testigo de la historia", aunque el mejor homenaje se lo hicieron sus compañeros en el libro "Los ojos de la verdad".
A principios de los 90, movido por sus ideales, decidió dejar la abogacía y se fue a Bosnia, donde pronto empezó a mandar reportajes para El Mundo y la Cadena SER. Poco después se convirtió en camarógrafo. Con su buen carácter, su coraje para aprender, su dedicación al trabajo y su espíritu solidario, logró ser considerado uno más entre los veteranos periodistas de Sarajevo, donde arriesgó la vida unas veces por motivos profesionales, otras por imperativos morales y de amistad, y en no pocos momentos bajo el fuego de las balas serbias. Su cámara captó la angustia de los albano-kosovares, acosados por los militares serbios en Prístina. Fue uno de los tres únicos periodistas occidentales en esa ciudad durante la ofensiva aérea de la OTAN. En Chechenia padeció los momentos más peligrosos de su vida. Fue también el único camarógrafo occidental que consiguió entrar en Grozny, en lo más crudo de los bombardeos rusos.

El 24 de mayo de 2000, mientras desarrollaba su labor profesional, una emboscada guerrillera en Sierra Leona acabó con su vida. Este año se cumplirán ocho desde que Miguel fue asesinado. En www.fundacionmiguelgilmoreno.com
leo:

Miguel fue un corresponsal de guerra que hizo de su vida un servicio a los demás, a la verdad de los hechos y a las personas inocentes que padecen los conflictos bélicos, para lograr que otros entendiéramos la sinrazón de la guerra y la comunidad internacional no permaneciese pasiva.

Amaba su trabajo porque pensaba que era la más bella de las profesiones.´
Tal y como está el mundo, ¿sigue siéndolo?
Quiero creer que sí, pero muchas veces me hago esta pregunta.

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