Quizá a David Cal le sepa a poco, porque fue a Pekín a por el oro. Pero tiene un gran mérito, y además el húngaro Attila Sandor Vadja le ha ganado bien en los 1.000 metros. Los húngaros han sido siempre los mejores en esta disciplina olímpica.
Que piense David Cal lo difícil que es ganar medalla de unos Juegos a otros, y que piense en los rivales que han sucumbido frente a su demoledora cadencia de palada: sesenta y dos por minuto, o sea, una palada por segundo.
Buena recompensa para David, y mañana, en C-1 500 metros, a por el oro.
España, trece medallas.
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