domingo, 31 de agosto de 2008

SOBRE VICENTE MARCO

Quiero despedir este domingo de agosto en que hemos dado el último adiós al maestro Vicente Marco con dos fragmentos que ha escrito Pepe Domingo Castaño, y que han sido publicados por El País:

Hace ya no sé cuántos goles empezaba Carrusel a vaciar de siesta los domingos. Una voz limpia, seria, cariñosa, vibrante, cálida y hermosa -la de Vicente Marco, que ayer se apagó a los 92 años- convertía el fútbol en radio y la radio en fútbol, situando el sonido del deporte a la misma altura de las lágrimas de Ama Rosa, la fantasía de las cabalgatas fin de semana, la histeria controlada del Gran musical, las peripecias de Diego Valor, la elegancia verbal de los teatros del aire, las historias vivas de Matilde, Perico y Periquín, y las veleidades de una melodía misteriosa o un retazo caliente de discomanía.
Allí estaba aquel Vicente pacífico y genial escenificando cada domingo el milagro de los campos y los goles.

(...)
Se nos va Vicente Marco sin avisar, sin molestar, como se va para siempre la gente buena, la buena gente. Es como si, de pronto, este agosto de calores y crisis se nos hubiera quedado sin alma...

1 comentario:

Anónimo dijo...

bonito recuerdo