jueves, 16 de abril de 2009

LA ENTREVISTA DE "LA RAZÓN"

Por si no llegaste a leerla en su edición de papel, reproduzco la entrevista que el diario LA RAZÓN publicó el pasado lunes, en la que respondo a las preguntas de Marta Robles
sobre el libro "El Valle de los Caídos. Una memoria de España" y sobre otros aspectos de mi vida profesional.

-«El Valle de los Caídos», su última obra, es fruto de... ¿Cuántas horas de ordenador y de cuántos dolores de espalda?

-Pues no sé, mil horas. Un proceso de creación con un volumen de datos y testimonios tan grande requiere más tiempo frente al ordenador que fuera de él... ¡Menos mal que tengo a la fisioterapeuta en casa!

-¿Practica el mismo deporte ahora que cuando presentaba informativos de Tele 5?

-Sí, claro. Hago deporte a diario y, pese a las edades, no falto nunca a la cita ineludible del partido de fútbol de los domingos.

-¿Bucear en la historia del Valle de los Caídos hasta encontrarle incluso relación con la movida madrileña supone más trabajo que un año de entrenamiento en el Real Madrid?

-Hombre, los futbolistas entrenan bastante, pero el trabajo de reconstrucción de más de 50 años es un trabajo muy arduo y de bastantes más horas.

-En esos 50 años, ¿ha encontrado curiosidades relacionadas con el deporte?

-En el año 65, los jugadores del TSKA de Moscú jugaron una final de la Copa de Europa de baloncesto con el Real Madrid a doble partido; ganaron primero Moscú y luego perdieron en Madrid, donde giraron una visita turística al Valle de los Caídos... ¡Con toda la comitiva soviética detrás!

-¿De qué equipo es usted?

-Soy madridista de toda la vida y dedico bastante espacio de mi corazón al Liverpool. En la reciente Liga de Campeones he tenido el corazón dividido, porque aquel amor por el Liverpool de los Beatles, que es el origen de mi devoción, se ha mantenido.

-Usted escribió «El látigo y la pluma», ensayo sobre la represión franquista a los homosexuales y varios artículos sobre la homosexualidad, ¿existe homosexualidad en el deporte?

-Lo normal es que en todos los contextos haya personas de orientación sexual variada. No tengo datos que lo confirmen, pero por una cuestión estadística supongo que habrá. Quizá hay cierta coincidencia en el ámbito futbolístico o en el taurino para no salir del armario, pero no estoy seguro de que en otros sectores como el médico o el farmacéutico no ocurra lo mismo. Lo que diferencia es la notoriedad.

-También conoce bien el mundo de los medallistas olímpicos españoles, puesto que publicó «Españoles de oro», sobre quienes habían conseguido medallas desde 1924, ¿por qué ahora hay más triunfos que antes?

-Porque somos muy buenos y ha mejorado la especialización en cada disciplina. En deportes individuales se ha llegado a grandes cotas, ahí están Rafa Nadal, Deferr, Cal, Beatriz Ferrer Salat... Y en deportes de conjunto hemos mejorado muchísimo.


-¿Cómo se llevaba la política franquista con el deporte?

-Siempre se dijo lo de pan y toros o pan y fútbol. El fútbol, sobre todo, sirvió para distraer a los españoles y enmascarar un poco la situación, como suele suceder en todos los regímenes totalitarios; pero también hubo algunos deportistas destacados en otras disciplinas, como Santana, Fernández Ochoa o Bahamontes.

-¿La derecha y la izquierda democráticas tienen distinta relación con el deporte?

-Creo que es de los pocos acontecimientos sociales y públicos capaz de aunar voluntades y reunir tras unos mismos colores: los de la selección nacional. El deporte es una buena guía y un buen ejemplo para la convivencia y para el diálogo.

-Cuando escribió su novela «Contraseñas íntimas», ¿decidió dedicarse en serio a la escritura en vez de escribir casi por deporte?

-Siempre he publicado con seriedad y rigor, pero probablemente nuestro carácter de periodistas polifacéticos nos invita a no centrarnos sólo en la escritura sino a contar cosas de maneras muy distintas. Sí es cierto que tengo una asignatura pendiente, que es la segunda novela, y ahí está rodando en la cabeza.

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